
El trabajo de parto
El trabajo de parto es el conjunto de
acontecimientos que se suceden para permitir el nacimiento de tu bebé.
Este conjunto tiene un inicio, una evolución y una finalización. A
continuación explicaremos cada una de estas etapas.
El inicio
Puede ser espontáneo, cuando las contracciones se generan por si solas y contribuyen al descenso del bebé y a la dilatación del cuello uterino, o bien inducido,
cuando por alguna razón es necesario finalizar el embarazo porque su
continuación puede ser perjudicial para la mamá o para el bebé. Son las
llamadas causas de inducción del parto.
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La evolución
Puede ser eutócica, cuando el médico solo controla los
acontecimientos que se producen naturalmente, o bien conducido cuando el
médico decide intervenir utilizando técnicas que favorezcan la
prosecución del parto como la rotura artificial de bolsa, el goteo
ocitócico o la analgesia para el parto.
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La finalización
Determina la forma en que se producirá la salida del bebé y puede ser
vaginal o abdominal. El parto vaginal es el que utiliza el canal del
parto para la salida del bebé y la placenta. El parto abdominal es el
que requiere de una cirugía para la extracción del bebé y la placenta y
se denomina cesárea.
A su vez, el parto vaginal puede ser natural, es decir que se produce
por el efecto de los pujos maternos, o artificial, cuando se utilizan
distintos instrumentos para ayudar a la salida del bebé como el fórceps o la ventosa extractora.
¿Cómo se desarrolla el trabajo de parto?
Para describir el trabajo de parto lo
dividiremos en tres etapas. La primera, llamada período dilatante, en
dónde el cuello del útero se ablanda y dilata como consecuencia de la
acción de las contracciones uterinas y el apoyo del polo fetal (cefálico
o pelviano). La segunda llamada período expulsivo, en donde se produce
la salida del bebé por los genitales ayudado por los pujos con cada
contracción, y la tercera llamada alumbramiento, en donde se produce la
salida de la placenta. A continuación explicaremos a fondo cada una de
ellas.
Simultáneamente, el bebé desciende por el efecto de la gravedad y por
el impulso de las contracciones uterinas. Para descender, el bebé debe
efectuar distintos movimientos para acomodarse en la pelvis de la mamá.
En primer lugar debe decidir que diámetro de la pelvis le es más cómodo
para introducirse en el canal del parto. Luego de tomar esta decisión
debe reducir al máximo los diámetros del polo que ofrece (la cabeza o la
cola) para poder atravesar este obstáculo óseo. Cuando lo logra, se
dice que se ha encajado pues ya no puede regresar a una posición
anterior.
Luego debe rotar sobre sí mismo para que una parte firme del polo
ofrecido (la cabeza o la cola) se contacte con el pubis para ejercer un
movimiento de tipo bisagra que lo impulsará hacia el mundo exterior
durante el período expulsivo.
Durante este período, el médico puede intervenir de varias maneras
para ayudar, ya sea favoreciendo el descenso con la rotura artificial de
la bolsa o incrementando las contracciones si son insuficientes con el
goteo ocitócico o si el dolor es intolerable para la mamá utilizando
analgesia para el trabajo de parto.
El período dilatante
Anatómicamente, el cuello uterino es un cilindro de unos 3 cm. de longitud que encierra un conducto llamado canal cervical que tiene 2 orificios, uno interno y otro externo. Sus paredes tienen alrededor de un centímetro de grosor. Por el efecto de las contracciones y la presión que ejerce el polo fetal, el cuello se acorta hasta borrarse totalmente y se dilata hasta lograr la circunferencia necesaria para permitir el paso del bebé.


El período expulsivo
El período expulsivo es el instante
más esperado de todo el trabajo de parto porque se produce la salida del
bebé por los genitales, ayudado por los pujos de la mamá durante cada
contracción. Durante esta etapa, el médico decide la necesidad de
realizar la episiotomía.
Una vez que se exterioriza el polo fetal (cabeza o cola) el médico
realiza una serie de maniobras para ayudar a que el resto del cuerpo
atraviese el canal del parto. Una vez que el bebé ha nacido, se procede
al clampeo y corte del cordón umbilical, porque a partir de este
momento, se produce el cambio de la circulación fetal y el bebé se
oxigenará a partir del aire que ingresa a su propio pulmón. A partir de
este momento tu bebé es un ser totalmente autónomo.

El alumbramiento
El alumbramiento es la expulsión de la
placenta y las membranas ovulares (la bolsa que alberga al bebé)
secundaria a potentes contracciones uterinas. Se produce habitualmente
antes de transcurridos 30 minutos del nacimiento. El alumbramiento va
acompañado por una hemorragia de mediana cantidad que cede en las
primeras horas del postparto y continúa en mucha menor cantidad por un
período de 20 a 50 días, denominado comúnmente cuarentena. Esta
hemorragia se origina en la herida que deja la placenta sobre el útero
al desprenderse.
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